Redacción: Mishell Salazar
Imagen: Unsplash
Los padres perfectos no existen:
Los hombres con miedo a ser padres no comprenden que la paternidad no es una etapa para hombres perfectos, sino que los convierten perfectos para sus hijos. Los padres se volverán más responsables y amorosos con su bebé.
El mal humor del padre:
Los padres tienden a enfadarse por los llantos del bebé, pero esta acción no llega a nada. Mantén la calma y el control, y descubre por ensayo y error las mejores técnicas para tratar de controlar un berrinche épico.
La imaginación para el nuevo vocabulario de los padres:
Te cansarás de escucharte todo el rato diciendo “no” o “eso no se hace”. Además, los padres tendrán un lenguaje para tranquilizar al bebé cuando llora. Aunque se verán graciosos, esa conexión con el pequeño lo hará sentir feliz.
Acostúmbrate a ver juguetes en el pasillo:
La casa de la nueva familia estará llena de juguetes, especialmente, los pasillos. Los niños, desde temprana edad se sienten atraídos a distintos objetos coloridos.
Escondiendo las verduras para el bebé:
Los padres tienen que intentar esconder las verduras en la cena, ya que los bebés no le agrandan mucho el sabor de los alimentos verdosos.
Hacer consumir al bebé medicinas ya no es un suplicio:
Antes las madres mezclaban con miel una aspirina en polvo para que los niños se la tomasen. Ahora, las medicinas para niños saben a frambuesa y naranja, pero esos pequeños seguirán sin tomárselas. El padre debe ser paciente y tener imaginación para lograr que el niño la tome.
La depresión posparto del padre:
Algunos estudios concluyen que muchos hombres sufren de depresión post-parto en los primeros cinco años tras la llegada de un niño, un periodo decisivo en el que se forjan los vínculos. Un padre deprimido puede afectar a su desarrollo, incluyendo el comportamiento, el lenguaje y la capacidad lectora, y provocar una depresión en el niño.
El peligro de los dispositivos electrónicos:
Nos obsesionamos con el tiempo que los niños pasan ante cualquier pantalla, y olvidamos nuestra propia adicción y su efecto sobre nuestra relación con ellos. Aunque estemos presentes en la vida de nuestros hijos, si nos distraemos con el celular, no le brindamos tiempo de calidad.
Los hábitos de los padres cambian por completo:
Descúbrela poco a poco. No hay nada peor que hacer de padre con resaca. Se acabaron esos días en que los padres salían de fiesta.
Las mímicas son la atracción de los niños:
Los niños son como esponjas, porque adquieren la capacidad de hablar sin darse cuenta, pero cuando de verdad los padres necesitan que lo hagan no saben cómo hacerse entender. “¿Dónde te duele?”, es la pregunta más común. Ellos responden con llantos repetitivos y molestos sonidos. En este caso le toca al padre traducirlo.