La importancia del gateo para mi bebé

Compartir en:

Escrito por: Mishell Salazar

Imagen: Unsplash.com

Algunas madres no dejan juguetear a sus hijos en el suelo del hogar por miedo a las enfermedades o que la ropa se ensucie. Sin embargo, con esta acción estamos prohibiendo gatear al niño. Por lo contrario, los padres deben promover el desarrollo natural del pequeño, ya que trae una serie de beneficios para ellos.

Los bebés, en muchos casos, empiezan a gatear desde los 6 meses hasta el primer año de nacido. Aunque algunos se saltan esta etapa, los padres deben incentivar a realizar esta práctica natural del desarrollo humano. El gateo influye en el desarrollo del bebé, pues toma mayor autonomía. En esta etapa explora nuevas sensaciones, prueba y reconoce objetos. Uno de los grandes beneficios es que ayuda a escribir y leer en el futuro, ya que estimula la motricidad fina.

Es interesante este periodo, puesto que el pequeño adquiere la capacidad de trasladarse e interactuar en su hogar u en otro ambiente en el que se encuentre. Ejercita su capacidad motora, aprende a medir la distancia de los posibles peligros del área y entrena su coordinación visomotriz. De esta manera, eleva el nivel físico e intelectual.

Asimismo, el niño atraviesa una etapa de transición a partir de los ocho meses. En esta temporada, tiene mayor estabilidad corporal al momento de sentarse, pero todavía no está apto para empezar a dar sus primeros pasos. Sin embargo, a los siguientes meses, descubrirá la forma de desplazarse por esfuerzo propio.

En los siguientes párrafos, el psicoterapeuta José María Tejada, nos explica los beneficios que genera el gateo:

Estimula la tactilidad de la palma de la mano. Se vuelve más sensible y reconoce texturas y sensaciones.

Ayuda a perfeccionar la visión. Aprende a reconocer y enfocar los objetos a distancia. A corto plazo, el pequeño podrá leer un libro y escribir a una distancia necesaria.

Desarrolla los movimientos corporales del niño. Los brazos y piernas se mueven de izquierda a derecha y viceversa. Estos movimientos se convierten en información inmediata que es emitida a los hemisferios del cerebro, los cuales controlan el desplazamiento.

El niño sujeta su peso con las manos al momento de gatear. De esta forma, obtiene estabilidad en las palmas y hombros. Estos son puntos fundamentales para la motricidad fina, ya que entrenará la acción de dibujar o escribir en el futuro.

Cuando el bebé gatea fomenta la conciencia espacial. Aprende a reconocer su tamaño y el de las cosas a su alrededor. De esta manera, adquiere el sentido de la profundidad, tamaño y cantidad de los objetos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back To Top