Para algunos niños saber que un hermanito está un camino puede resultar una noticia muy alegre. Desean conocer lo más rápido posible al nuevo integrante de la familia y toman casi siempre muy bien el rol de hermanos mayores; sin embargo, no todos los pequeños ven esto de igual manera. A tal punto que pueden llegar a manifestar trastornos de comportamiento o cambios muy radicales en el carácter.
Según la Dra. Giovanna Estrada, psicoterapeuta infantil, un error muy común que cometen los padres es hacer sentir al niño desplazado, pues concentran toda su atención en el nuevo embarazo y cuando el bebé nace aún más. Los celos pueden apoderarse del hijo mayor, haciendo que vea a su hermanito como el enemigo que llegó para arrebatarle el amor de sus padres. Es por esa razón que en este artículo te ofreceremos consejos muy útiles para lograr que los niños vean como positiva la idea de compartir su vida junto a quien se convertirá en el nuevo miembro de la familia.
¿Cómo actuar ante la llegada de un bebé?
La especialista recomienda que observes el comportamiento de tu hijo. Si notas que desde que le diste la noticia sobre su nuevo hermanito, se ha empezado a comportar de manera distinta (en ocasiones está feliz por la idea de compartir sus cosas, pero en otras no tanto); o si te percatas que anda más caprichoso o con fuertes cambios de humor, lo más probable es que esté sintiendo celos.
Esto ocurre normalmente en los primeros meses de embarazo y se extiende hasta los primeros meses tras la llegada del bebé. Se trata de un temor que siente el niño al pensar que ya no tendrá el mismo afecto o atención por parte de sus padres. Nadie dice que no debas concentrar tu atención en el nuevo bebé, pues requiere más cuidados, pero debes procurar que tu hijo se sienta parte de este proceso y entienda la situación.
Por ello, uno de los puntos más importantes es que tu hijo sepa de tu propia boca que tendrá un hermanito y, conforme vaya avanzando el embarazo, explicarle lo que va ocurriendo y lo que sucederá tras la llegada del bebé. Todos esos cambios que se presentarán en casa. Una buena técnica es explicar que el nuevo bebé no puede valerse por sí mismo y, por ello, necesita la ayuda de los padres y del hermano mayor. Incluye a tu hijo en todas las actividades que tengan relación con el bebé. Por ejemplo: la decoración del dormitorio, las compras de ropa, las visitas al médico, entre otras.
¡No lo hagas sentir desplazado!
Otro aspecto al que debes prestar atención es al hecho de que tu hijo mayor nunca llegue a sentir que quieres más al nuevo bebé, pues ambos deben ser queridos por igual y recibir la misma atención. Es un hecho que el recién nacido necesita más energía y cuidados, pero los padres deben ser capaces de alternar su tiempo para prestar atención de igual forma a su otro hijo, con el fin de que no se sienta aislado o desplazado.
También es importante que mantengan las rutinas cotidianas que tenían con el hijo mayor antes de la llegada del nuevo bebé. En otras palabras, que al menos uno de los progenitores dedique tiempo para jugar, salir al parque, pasear el perro, etcétera. Se pueden ir alternando las salidas y, con el paso del tiempo, el nuevo integrante se irá incorporando también a las actividades cotidianas de la familia.