¿Cómo ayudar a nuestros hijos a «volver a la normalidad»?

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El síndrome de la cabaña no solo afecta a los adultos, sino también a los niños, ya que tienen miedo al salir a la calle y poder recuperar sus rutinas previas al estado de emergencia, dadas por pandemia del COVID-19. Pero, ¿sabemos por qué se da? En este artículo te contaremos más.

¿Cómo se da?

La psicóloga infantil Jesica Kuwae, también directora del centro Crianza Danza, señala que cuando se menciona al síndrome de la cabaña, generalmente se refiere a un conjunto de reacciones relacionadas con no sentirse capaz de manejarse en un espacio público o abierto, luego de haber pasado mucho tiempo dentro de un lugar donde uno se sintió seguro y protegido.

Además, este síndrome podría presentarse justamente cuando las restricciones del confinamiento terminen y volvamos poco a poco a la vida fuera de casa. En el caso de los niños, es preferible no adjudicar términos, diagnósticos ni mucho menos cuadros o trastornos; pues se encuentran en periodos de desarrollo tan flexibles que se transforman de manera muy rápida. El mayor riesgo de encuadrarlos en algún síndrome puede ser contraproducente.

Sin embargo, es posible que los menores manifiesten cierta ansiedad ante la posibilidad de salir de casa, que expresen temor por su salud o incluso no acepten actividades recreativas con amigos o familiares, que se observen cambios en su alimentación o en el sueño ante la posibilidad de salir de casa o tal vez algún malestar físico.

Algunos consejos para manejarlo

Kuwae señala que lo esencial para un manejo adecuado es ser conscientes de cómo los adultos estamos manejando la situación del desconfinamiento; es decir, cómo afrontamos volver a una regularidad de nuestras actividades.

Los niños recibirán la información que le brindamos, con las emociones que les transmitimos, tales como: si estamos calmados, si tomamos precauciones, si nos entusiasma salir, entre otras. Podemos contarles cómo hacemos cuando salimos, cómo está nuestro trabajo, cómo las personas se protegen, etc.

Lo principal es no anticiparnos a que algún tipo de síndrome aparecerá, si en caso se comenzarán se manifestar algunos indicadores, es importante conversar con los niños, contarles algunas cosas que han cambiado, pero que otras siguen estando bien, que debemos protegernos y eso nos mantendrá a salvo y que papá o mamá los acompañarán en lo que necesiten. Lo más saludable sería que la salidas sean paulatina en duración y en distancia.

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