El líquido amniótico es un componente muy importante dentro del embarazo. Ayuda a que tu bebé pueda moverse dentro de tu pancita y ayuda a su óptimo desarrollo. En esta nota, el Dr. Jatniel Bolívar, ginecólogo-obstetra, te cuenta las causas de la pérdida del líquido amniótico y porqué es perjudicial en el embarazo.
¿Qué es el líquido amniótico?
El líquido amniótico es un líquido acuoso, claro y ligeramente amarillento que rodea el bebé dentro del útero en la etapa de embarazo. Permite que pueda moverse sin que las paredes de éste se ajusten demasiado a su cuerpo. Lo produce la propia madre hasta las 17 semanas de gestación aproximadamente. El líquido amniótico circula constantemente a medida que el bebé lo traga y lo «inhala» y luego lo libera y «exhala» a través de la orina. El líquido contiene proteínas, carbohidratos, lípidos y fosfolípidos, urea y electrolitos para ayudar al bebé a desarrollarse.
¿Cómo ocurre la pérdida?
La pérdida del líquido amniótico ocurre de manera repentina y normalmente en abundante cantidad. Este puede mojar la ropa íntima e incluso las piernas. También puede presentarse un flujo continuo en pequeñas cantidades que no para.
Hay que tomar en cuenta el color y la consistencia del líquido amniótico. Suele ser inodoro e incoloro; hay que diferenciarla de la perdida de orina, que es de color amarillo y con olor. Asimismo, en el embarazo se presenta el descenso o “lubricación íntima” que tiene aspecto mucoide, como de una clara de huevo.
Otra cosa que puede indicar la perdida del líquido amniótico es la presencia de meconio como manchas en la ropa interior. El meconio son las “heces” del feto que se expulsan dentro de la barriga de la madre. Si observas un líquido verdoso en alta cantidad o con un flujo continuo podría tratarse de esto.
De igual manera, si en el flujo se presentan restos de unto sebáceo, podría indicar pérdida del líquido amniótico. El unto sebáceo es la grasa que cubre el cuerpo de los bebés recién nacidos; no es normal liberar este compuesto por la vagina.
Otro signo puede ser la reducción del tamaño de tu abdomen. Suele ocurrir hacia el final del embarazo, ya que se está produciendo el encajamiento de la cabeza del bebé o de sus nalgas (según la posición en la que se encuentre para nacer). Si se pueden palpar fácilmente las extremidades del bebé por encima del cuello uterino, es probable que estés perdiendo el liquido. Esto puede ser perjudicial para tu bebé ya que al haber menos líquido amniótico se le dificulta moverse dentro del útero.