
En la nota de ayer, te contamos algunos de los factores por cuáles los médicos obstetras optan por realizar una cesárea para extraer al bebé. Sin embargo, no son todos. El día de hoy, Ynes Vigil, Educadora Perinatal y Lamaze Certified Chilbirth Educator, nuevamente nos cuenta más situaciones específicas por las que se practica esta intervención quirúrgica.
La probabilidad de realizar una cesárea aumenta cuando la madre tiene dentro del vientre a más de un bebé. Esto quiere decir que sean mellizos, trillizos o hasta más. Sin embargo, no necesariamente es así, pues el médico obstetra es el encargado de analizar las condiciones y contexto de la embarazada, con el fin de decidir el modo de parto.
Un tema que también influye es la edad de la gestante. Por lo general, cuando una mujer es menor de 16 años o mayor de 35, el especialista opta por realizar el procedimiento quirúrgico, para no poner en riesgo la vida y estabilidad, tanto de la madre como la del pequeño. Vale recalcar que el obstetra necesita realizar una evaluación previa para corroborar que, efectivamente, la edad de la paciente dificulta el parto natural de su hijo.
Cuando la madre presenta una enfermedad genética se opta por hacer la cesárea. Por ejemplo, la diabetes es uno de estos casos excepcionales. Está comprobado que el bebé de una mujer diabética tiende a crecer más que el de una mujer sin el padecimiento mencionado. Al ser un bebé más grande, y según lo que se explicó en la nota anterior, lo recomendable es proceder quirúrgicamente para la expulsión del pequeño.
Finalmente, se presentan los casos de suma urgencia en los que no hay más remedio que la realización una cesárea. Dentro de estos encontramos, por ejemplo, a los accidentes de cualquier tipo. Pensemos en una embarazada con más de seis meses de gestación que sufre un accidente de tránsito y llega por urgencia a un centro de salud. En este caso, se opta por intervenir quirúrgicamente para salvar la vida del bebé. El médico obstetra no tiene más solución, ni la madre tampoco.
Ynes Vigil insta a las madres a siempre optar por el parto natural, a no ser que se presenten alguno de los factores excepcionales que requieren de una cesárea. Las embarazadas deben comprender que el dolor de un parto natural es inevitable; sin embargo, es un proceso que puede ser tratado con anterioridad y así estar preparadas para cuando llegue el momento de dar a luz. Es necesario que se pierda el miedo al parto natural. Lo más alentador es saber que pronto tendrás a tu bebé en brazos y todo esfuerzo habrá valido la pena. No hay momento más maravilloso que ese.