La hiperactividad es una alteración de la conducta más frecuente en los niños, alrededor de los 4 años. Uno de los síntomas que se llega a relacionar con este comportamiento es la intranquilidad y la inquietud, aunque también puede haber agresividad e impulsividad en los menores. En este artículo te contaremos más.
Isabel Burgos Cáceres, psicóloga infantil y directora de la cuna jardín del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásica (INEN), señala que la Técnica de la Tortuga es utilizada en niños para el control de impulsos y emociones. Se basa en una historia que se apoya en la técnica de Schneider y Robin (1990).
La semejanza con la tortuga, que se repliega dentro de su caparazón cuando se siente amenazada, se utiliza para comparar al niño que siente que no puede controlar sus impulsos y emociones ante ciertos estímulos. Cuando el niño se siente así, se recoge dentro de su caparazón, donde se siente seguro y allí permanece hasta que se tranquiliza.
¿A QUÉ EDAD SE RECOMIENDA EMPLEARLO?
La edad recomendada para enseñar la técnica de la tortuga es la etapa preescolar y en la educación primaria (desde los 4 años aproximadamente)
Aunque es una técnica que en su inicio está pensada para la escuela, puede adaptarse y enseñarse dentro en el hogar.
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¿CÓMO SE PUEDE APLICAR A LOS NIÑOS?
Fase 1: Se presenta el cuento de la tortuga
Lo primero que debemos hacer es mostrar la historia de la tortuga, ya que será la base para usar esta técnica. Descarga aquí el cuento.
Fase 2: Enseñamos la relajación muscular
La relajación muscular va relacionada al momento en que el niño se mete en su caparazón para tranquilizarse ante un estado de rabia que podría provocar actitudes inadecuadas y agresivas.
Por ello, se enseña a los niños a relajarse para que la intensidad de la emoción baje a un estado en el que pueda estar a gusto y relajado.
La relajación muscular es una habilidad que se aprende por la práctica repetida, y antes de conseguir una relajación profunda, debe enseñarse a los niños la diferencia entre los estados de tensión y relajación de cada músculo. De esta manera, se practica a tensar y relajar grupos de músculos variados y se les van dando auto instrucciones que se focalizan en las distintas sensaciones que tienen si un músculo está tenso y si está relajado. Se les debe hablar con voz suave y despacio con pocos cambios en la inflexión de la voz.
Por ejemplo: “Haz un puño con cada mano, mántenlas apretadas tanto como te sea posible. Muy bien, ahora cuenta hasta diez tensando cada vez más, y luego, suelta. Siente lo bien que se está ahora, nota como se ha relajado tu mano. Ahora otra vez, vuelve a cerrar los puños, mantenlos cerrados con fuerza y cuenta hasta diez: 1, 2, 3, fuerte, 4, 5, 6, más fuerte, 7, 8, tan fuerte como puedas, 9, 10. ¡Suelta!, deja tus puños abrirse muy despacio, déjate ir, suelta y cuenta al revés hasta cero, 9, 8, 7, fíjate cómo desaparece la tensión, 6, 5, 4, siente lo agradable que es esta sensación, 3, 2, 1, relájate y 0”.
Fase 3: Solución de los problemas
Una vez los niños ya hayan aprendido cuando deben meterse en su caparazón, y sepan relajarse de forma autónoma, se les debe enseñar y guiar en la resolución de problemas.
Por ejemplo:
Diego me ha quitado el lápiz de la mano sin pedírmelo y me he enojado. He hecho la tortuga (me he metido en mi caparazón y me he tranquilizado) y una vez fuera de él, ya más tranquilo y evitando haberle empujado, debo solucionar mi problema con Diego.
Es importante que el profesor o padres de familia en el hogar sean guías y ayudes a los niños a la resolución de conflictos mediante distintas soluciones. Esto se puede poner en práctica con situaciones reales que hayan sucedido en clase, así como situaciones imaginarias que los niños deben resolver. Se puede realizar mediante un role-playing (juego de roles) y mediante diferentes juegos para que estén más motivados a conseguir estos aprendizajes tan positivos.
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¿QUÉ SE DEBE TENER EN CUENTA PARA PRACTICAR LA TÉCNICA DE LA TORTUGA?
Hay varias versiones del cuento de la tortuga, algunas de ellas más acertadas que otras. En muchas de las versiones, no se expone en el cuento cómo la tortuga protagonista debe solucionar el problema; es decir, se muestra cómo debe meterse en su caparazón, relajarse y recibir el elogio de su profesor/a cuando ha evitado realizar el impulso agresivo que podría haber sucedido. Sin embargo, es importante, para mostrarles un buen mensaje a los niños, por tanto, este cuento debe ser tratado con precaución, ya que podría mostrar una gran limitación si no se tienen en cuenta ciertos elementos importantes.
Si sólo damos importancia al hecho que el niño reprima su impulso, cometeremos el gran error de transmitir un mensaje en el que se enseña al niño a reprimir su emoción, no a gestionarla hasta buscar una solución. No queremos pasar de niños agresivos a niños pasivos, sino que aprendan a ser asertivos. Por ello, es importantísimo que si queremos hacer un buen uso de la técnica de la tortuga (tanto en el ámbito escolar como dentro del núcleo familiar), no debemos olvidar que los siguientes puntos de análisis son importantes para el niño:
- Respirar para tranquilizarme
- Pensar ¿cómo me siento? Y ¿por qué me siento así?
- Buscar una solución que pondré en práctica cuando salga del caparazón (resolución del conflicto o emoción).
RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES DE FAMILIA
En su aplicación en casa, además del refuerzo positivo afectivo (alabanzas, aplausos, abrazos, etc.), podemos usar como refuerzo positivo el uso de etiquetas o stickers que se le dará al niño cuando haya puesto en práctica la técnica de la tortuga, pero recordarles que es importante darle importancia a la búsqueda de soluciones y resolución de conflictos, no solo a la parte de evitar la conducta impulsiva.