El Síndrome de Tourette es una afección que llega a provocar movimientos musculares repentivos y repetitivos o los sonidos, más conocidos como “tics”, ya que suele aparecer en la niñez, alrededor de 5 años. Siendo los niños los más propensos a desarrollarlos. Por ello, en esta nota te ayudaremos a conocer más sobre esta sintomatología.
César Soto Saenz, Neuropediatra del Hospital Guillermo Almenara Irigoyen del Seguro Social de Salud (ESSALUD), señala que el Síndrome de Tourette, lleva el nombre del neurólogo francés Georges Gilles de la Tourette, quien describió la asociación de tics motores y tics fónicos de carácter crónico. Pero, ¿qué es un tic? Son aquellos movimientos (o vocalizaciones) involuntarios o semivoluntarios, sin propósito, bruscos y repetitivos, no rítmicos que afectan a un grupo de músculos.
Asimismo, comenta que los síntomas en los niños suelen manifestarse antes que los tics fónicos. Estos pueden ser simples como: parpadeos, muecas faciales, contracciones nasales, elevación de hombros, movimientos cefálicos, etc. También, pueden ser complejos tales como tocar objetos, personas, dar un salto, contorsionarse, movimientos obscenos, entre otros.
¿Qué son los tics fónicos?
Los tics fónicos pueden ser simples como: tos, inspiración nasal, ladrido, gruñido, chasquido y complejos como repetir la última palabra, frases escuchadas (ecolalia), pronunciar palabras obscenas (coprolalia) o pronunciar palabras fuera de contexto.
¿Cómo afecta este síndrome en los niños?
El inicio podría ser muy precoz, antes de los 2 años, pero por lo general es alrededor de los 5 años, con tendencia a incrementarse paulatinamente con los años subsiguientes, es mucho más frecuente en niños que niñas.
Además, los tics suelen empeorar en situaciones de ansiedad y estrés, ya que pueden disminuir, incluso desaparecer, al realizar actividades que requieran alta concentración.
El síndrome de Tourette suele asociarse al trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastorno de conducta negativista desafiante y trastornos del aprendizaje. La forma pura de trastorno de Tourette son la menos frecuente.
¿Cuáles son los tratamientos que necesitarán?
El especialista recomienda que el paciente debe ser evaluado por un neurólogo pediatra o psiquiatra infantil. Además, antes de plantear un tratamiento, lo más importante es determinar los aspectos del síndrome y de su comorbilidad que ameritan ser tratados y la prioridad que se le da según el paciente y los padres.
También, muchas veces el niño con comorbilidad con TDAH o TOC, podrían tener mayor prioridad en tratar los problemas cognitivos y de conducta frente a los tics.
De acuerdo a ello, se plantean psicoterapias psicoeducativas, cognitivo – conductuales, emocionales que generalmente están dados por psicólogos especializados. Frente al manejo de los tics, existen fármacos de mayor uso tales como el haloperidol, risperidona o la pimozida. Siendo la risperidona la más usada.
Cabe mencionar que, existen otros fármacos de menor uso, como la olanzapina, aripiprazol o la clonidina.
Los padres deben fomentar una mayor dedicación de tiempo, expresar sus sentimientos, escucharlos y establecer límites con consecuencias positivas o negativas de acuerdo al cumplimiento de la orden.
Recomendaciones para los padres de familia
Soto Saenz señala que, ante la sospecha del cuadro y/o los síndromes asociados ya descritos, se debe acudir lo más precoz a los especialistas. Las sugerencias o terapias que se plantean deben ser interiorizadas y puestas en práctica por el entorno familiar y escolar.