Es fundamental que, desde temprana edad, los chicos vayan aprendiendo a consumir alimentos ricos en nutrientes, como las frutas. Estas pueden comerse directamente o ingerirlas por medio de jugos naturales. Pero, ¿cuál de estas dos opciones es la mejor? En esta nota te lo comentamos.
Antonella Bustamante, especialista en nutrición materno infantil, menciona que los niños pueden empezar a tomar jugos desde los seis meses. Sin embargo, recomienda que es mejor comer la fruta entera, pues es mucho más nutritivo y hay menos azúcares.
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FRUTA ENTERA VS. JUGOS NATURALES
Bustamante sostiene que, cuando la fruta se come, se ingiere la fibra entera, la cual ayuda a regular la glucosa en sangre. Asimismo, cuando se bebe un jugo, de repente, el niño se puede sentir lleno en el momento y la digestión será más veloz y, por ende, va a tener hambre más rápido.
¿QUÉ PASA SI UN NIÑO COME FRUTA?
- Se aprovecha la fibra completa, todas las vitaminas y minerales.
- Habrá la sensación de mayor saciedad.
- Se regula la glucosa.
- La digestión va a ser más lenta.
- No se tendrá que consumir más de lo que se necesita.
- Tendrá antioxidantes que lo van a proteger.
- Habrá una mejor regulación intestinal para ayudarlos a ir al baño mejor.
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¿QUÉ FRUTAS DEBE COMER UN NIÑO?
La especialista señala que se deben consumir todas, ya que cada una aporta nutrientes distintos, vitaminas y minerales. Mientras más variedad haya en la alimentación de un niño, mayor balance va a haber. Por ello, es preferible no restringirse en las típicas frutas, sino explorar la gran variedad que hay en el Perú.
¿QUÉ HACER CON LOS NIÑOS QUE NO QUIEREN COMER FRUTAS?
La nutricionista indica que en ese caso se pueden dar jugos. Además, sugiere empezar a agregar la fruta de otras maneras. Quizá, añadirla rayada o al horno, con canela, mezclarla con un poco de yogurt o combinarla con mantequilla de maní o con un chocolate saludable que realmente aporte vitaminas y minerales para que el niño comience a aceptar un poco más la fruta.
También, se puede intentar que el niño tenga experiencias con ella, como cortarla, sacarle formas, ya sea en círculos o que sean testigos del proceso de siembra, y de su crecimiento.