
El paso previo a los primeros pasos del bebé, es el inicio del gateo. Esta peculiar manera de moverse nos parece de lo más normal, una etapa más en su desarrollo psicomotor. Suele empezar entre los primeros 6 a 10 meses del nacimiento y requiere de una gran coordinación de brazos y piernas. Además, tiene una consecuencia a nivel motriz, intelectual y emocional. A continuación, te presentamos los beneficios que el gateo puede tener en el crecimiento de tu pequeño.
Según la pediatra Anelhí Quintanilla:
- Favorece el desarrollo de la musculatura
Los brazos y las piernas cogen más fuerza al gatear. Se tonifican adecuadamente los músculos, que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
- Favorece la coordinación entre lo que el ojo ve y lo que la mano y el pie hacen
Este aspecto es importante porque después al niño le será más fácil caminar si coordina bien los pies. Hay niños que se tropiezan con mucha facilidad porque no coordinan de manera adecuada. Además, este aspecto es muy importante para aprender después a leer y escribir, ya que en este proceso el ojo y la mano tienen que estar coordinados.
- Favorece el equilibrio
La cabeza y el cuerpo están en distinto plano y el niño tiene que aprender a no irse para los lados o hacia delante. Tiene que mantenerse estable sobre cuatro apoyos, para después hacerlo sobre dos.
- Favorece la conquista del entorno (por ejemplo, el cambio de ambiente o calcular distancias,)
El bebé que gatea está obligado a calcular las distancias para no chocarse con una pared o una puerta, ya que la cabeza va siempre por delante cuando está gateando.
- Favorece sus cualidades táctiles, olfativas y visuales
El bebé descubre por sí mismo su entorno, en el que hay muchas texturas, colores y olores. Además, sus hemisferios cerebrales trabajan más duro y se conectan mejor.