Escrito por: Mishell Salazar
Imagen: Unsplash
Algunas mujeres que están en el proceso de embarazo, desconocen el estado de los conductos principales para conseguir la fecundación. Aunque, en ocasiones, se puede producir la gestación, los síntomas de alguna malformación en el útero aparecen luego de unos meses.
Muchas de las mujeres quedan embarazadas, desconociendo que tienen un mioma en la parte uterina. Este tumor, afecta en el proceso de concebir o en el desarrollo del feto, de acuerdo a la zona del útero en la que se aloja.
Según Ynes Vigil, asesora en lactancia materna y Lamaze Certified Childbirth Educator, este fenómeno son células malformadas que crece en el músculo uterino de forma constante, sino es controlado bajo la supervisión de un médico. Este puede medir un centímetro y hasta alcanzar el tamaño de una pelota, dependiendo el estado en que se encuentre.
Entre el 20 y 50% de las mujeres tienen miomas uterinos. Se estima que cerca de un 70% de ellas han desarrollado estas células malformadas a lo largo de sus vidas. En algunas ocasiones, el riesgo de infertilidad se incrementa y el número embarazadas que lo presentan aumenta con el pasar de los años. Estos casos nos revelan que se puede fecundar con la presencia del tumor, pero las dificultades se manifiestan a los siguientes meses.
Según la ginecóloga Isabel Díaz-Plaza en la página web “Cuídate”, explica que mediante la edad fértil de la mujer se manifiestan complicaciones en el desarrollo natural del cuerpo. En este periodo, los miomas florecen. Como consecuencia, la maternidad se pospone, ya que el tumor causa complicaciones en el desarrollo de la gestación.
En la mayoría de casos, este fenómeno no muestra síntomas. Sin embargo, durante el embarazo este panorama puede cambiar. Los dolores internos se manifiestan en el segundo y tercer trimestre. En otras palabras, el dolor es causado por su dimensión y la falta de espacio del útero. En estos casos, puede haber riesgo de aborto, añade Díaz-Plaza. Con la deformación de la cavidad uterina aparecen los sangrados en los primeros tres meses de embarazo.
Las mujeres embarazadas que presenten este tumor tienen que visitar a una gineco-obstetra para mantener los cuidados necesarios en el desarrollo de esta etapa. Antes de embarazarse, es necesario realizarse los análisis correspondientes para verificar el estado del cuerpo. Especialmente, el útero y las trompas de Falopio, ya que son los conductos fundamentales para concebir.