La sensación más común en las mujeres en el período de lactancia es la sed, más aún, cuando el bebé está siendo amamantado. Pero, ¿por qué ocurre esto? Es una respuesta del cuerpo humano para mantenernos en un nivel de hidratación durante la lactancia. Por ello, en este artículo te contamos más.
Jennifer Berrospi Torres, obstetra especialista en promoción de salud sexual y reproductiva; además, directora de Berrospi Health, nos comenta que, durante la lactancia es necesario mantener un buen equilibrio hídrico, ya que es fundamental para preservar la cantidad y la calidad de la leche.
“Quizás se piense que la producción de leche implica la necesidad de tener líquido sobrante en tu organismo, pero esto no quiere decir que al beber más agua tengas más leche, sin embargo, es cierto que afecta al estado nutricional del niño”, acota.
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¿CUÁNTA AGUA SE DEBE BEBER?
La experta explica que tras el embarazo, la segunda etapa en la que necesitas estar especialmente atenta a tu hidratación es la lactancia.
Tu bebé, mientras esté tomando leche, no va a necesitar beber agua, ya que este es el componente mayoritario de la leche (90%). Pero, eso implica que para producirla en la cantidad requerida necesitas ingerir líquidos suficientes. Lo mejor es tomar agua.
Una correcta hidratación durante la lactancia comporta un aporte de agua de entre 2,5 y 3 litros de agua al día. Por tanto, el riesgo de deshidratación es factible, sobre todo, en el caso de las mujeres que son mamas en verano, cuando el calor provoca un aumento de la sudoración y la consiguiente pérdida de líquidos y sales minerales.
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE?
La lactancia materna es lo mejor para tu bebé. Por lo tanto, si te hidratas tú, hidratas a tu hijo o hija.
Durante el embarazo y la lactancia, las adaptaciones fisiológicas son muchas, ya que cambian las necesidades del bebé y de la madre. Esto hace que varíen las necesidades de hidratación, siendo en el embarazo un periodo en el que la presencia de suficiente líquido es un factor de vital importancia.
TIPS PARA TENER UNA BUENA HIDRATACIÓN
La especialista nos deja seis tips para tener una buena hidratación durante esta etapa, las cuales son:
- Para una hidratación adecuada, es aconsejable tomar agua de mineralización baja o media, ideal para las mujeres que sufren problemas como retención de líquidos e hinchazón, y bien tolerada por el organismo del recién nacido.
- Paralelamente, hay que cuidar la dieta diaria, que debe ser variada y equilibrada, para garantizar al organismo todos los nutrientes básicos.
- Es importante consumir alimentos ricos en fibra y proteínas, presentes en las frutas y las verduras.
- En cambio, es conveniente reducir el consumo de azúcares simples, como el azúcar refinado, los dulces y las bebidas azucaradas, así como dar preferencia a los azúcares complejos: pan, pasta y arroz.
- La mejor fuente de grasa es el aceite de oliva: no cambia el sabor de la leche materna y aporta al recién nacido ácidos grasos monoinsaturados, beneficiosos para la estructura de todas las células.
- La importancia del Omega 3, ácidos grasos esenciales contenidos, sobre todo, en el pescado e importantísimos para el desarrollo cerebral del pequeño.
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TE DEJAMOS ALGUNOS CONSEJOS
Berrospi, nos comenta algunas recomendaciones para las mamitas durante el periodo de la lactancia materna exclusiva:
- Darle el pecho al bebé a libre demanda durante el día
- Vestirlo con ropas ligeras y transpirables.
- Vigilar más el pañal, que también puede hacer que pase más calor y sude más.
- Buscar lugares frescos para las tomas.
- Beber agua suficiente para no deshidratarte.
- Si tu hijo es menor de 6 meses no es necesario que le des agua entre horas, pero si es mayor de esa edad, sí.
