Si estas embarazada, seguramente habrás escuchado el término de sufrimiento fetal. En términos simples, podríamos definir como sufrimiento fetal al fenómeno que ocurre cuando, por alguna razón, el bebé que está dentro del útero no recibe oxígeno y/o alimento adecuado para su normal desarrollo. Lo que provoca una aceleración o desaceleración de su ritmo cardíaco, poniendo en riesgo su vida. Provocando que se realice una cesárea de emergencia.
El sufrimiento fetal puede manifestarse de dos formas: agudo o crónico. El agudo se produce cuando la falta de oxígeno se genera de forma brusca. Es el que suele detectarse durante el trabajo de parto y la presencia de contracciones a las cuales el bebé no puede adaptarse.
Otras causas
También puede deberse a un accidente con el cordón umbilical o una alteración en la placenta. Cuando se detecta que el bebé está sufriendo, se recomienda apresurar el nacimiento, con el fin de que no pueda dañarle la falta de oxígeno. Para esto, se realiza una cesárea que extraiga rápido al bebé de vientre materno.
El sufrimiento fetal crónico se produce cuando la falta de oxígeno y de nutrientes se instala de forma lenta, dándole tiempo al bebé a acostumbrarse a este medio. Este tipo de sufrimiento no está considerado como una urgencia obstétrica, sino como una indicación para extremar los controles del bebé e intentar modificar la causa que lo provoca.
¿Cómo evitarlo?
Para evitar que se produzca sufrimiento fetal, la especialista Ynes Vigil recomienda que se realice un correcto control durante el embarazo y el parto para evitar daños futuros en el bebé. Además, hay que tener en cuenta que, de presentarse este fenómeno, lo correcto es proceder con una cesárea, a fin de que no peligre la vida del pequeño y nazca lo más pronto posible. Es indispensable la comunicación y ética profesional de tu médico tratante, a fin de que pueda diagnosticar este padecimiento.
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